viernes, 23 de agosto de 2013

Leyenda del lobizón (Argentina)


También llamado lobisón, lobisonte o lobisome, se dice que es el séptimo hijo varón de una prole exclusivamente masculina (la séptima hija mujer, menor de siete hermanas, será asimismo una bruja), quien los días martes y viernes, sobre todo de los meses impares, sufre una escalofriante transformación: de ser un hombre alto, escuálido, de aspecto negligente y fuerte hedor, deviene una cruza entre perro y lobo, siempre de color oscuro como las tinieblas, que se alimenta de carroña, excrementos,
carne de niños y de mujeres jóvenes (por alguna razón, parece sentir poco apetito por los adultos).

El lobisón extiende sus dominios por las provincias de la Mesopotamia argentina (Entre Ríos, Corrientes y Misiones, ubicadas en el sector noreste del país), así como también partes del sur del Brasil. La única defensa contra el lobizón son las armas, blancas o de fuego, pero bendecidas. Si es herido, se arrastra hasta su cubil, en el que se desangra y muere tras recuperar su forma humana.

FIN

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