Según el sistema heliopolitano, antes de que el mundo existiera como
tal, solo había un inmenso caos, el Nun, el cual encerraba un potencial
de vida, el dios Atum. Este dio origen a la primera pareja divina; Su
(el aire) y Tefnut (la humedad), que a su vez engendraron a Nut (la
bóveda celeste) representada como una mujer desnuda y cubierta de
estrellas, y a Geb (la Tierra) representado como un hombre verde que
posee una oca en la cabeza.
Geb y Nut se casaron sin el consentimiento de Ra, el dios Sol, y cuenta
la leyenda que la Tierra y el Cielo estaban tan juntos que era imposible
que la vida floreciera. El matrimonio de estos dos dioses enfureció a
Ra y ordenó a Su, el padre de ambos, que los separara. Así fue como el
Aire se interpuso entre el Cielo y la Tierra, creando la atmósfera.
Sin embargo Nut estaba embarazada y al conocer la noticia, Ra prohibió a
Nut dar a luz durante los 360 días que conformaban el calendario
egipcio.
El dios Thot, enterado del castigo impuesto, decidió ayudar a Nut.
Convenció a la Luna para que jugara a un juego con él, y el premio para
el ganador sería la luz de la Luna. Gracias a la sabiduría de Thot, este
consiguió la luz suficiente para crear cinco días más, los llamados
días epagómenos, que no pertenecían a ningún mes.
De este modo, Nut pudo saltarse la prohibición de Ra y en esos cinco días dio a luz a sus hijos Osiris, Isis, Seth y Neftis
Otra leyenda cuenta que siendo Ra faraón de Egipto, el dios Thot predijo
que uno de los hijos de Nut destronaría a Ra. Enfurecido, el faraón
prohibió a Nut dar a luz durante los 360 días del año. Fue entonces
cuando Thot fue a ver al dios Jonsu (la Luna) para desafiarle a una
partida de senet, consiguiendo así la luz necesaria para formar cinco
días más.
El primer día, Nut dio a luz a Osiris, quien sería faraón de Egipto; el
segundo día a Harmachis, inmortalizado en la Esfinge; el tercero, a
Seth, el cual se convertiría en faraón tras matar a Osiris; el cuarto
día nació Isis, la esposa de Osiris y el quinto, Neftis, esposa de Seth.
En cuanto a Jonsu, perdió tanta luz, que ya nunca más pudo brillar como
antaño. Solo es capaz de recuperar todo su brillo unos cuantos días, y
el resto del tiempo lo pasa recuperandose.
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