viernes, 23 de agosto de 2013

Leyenda de la tuna (Bolivia)



En la época de los antiguos gobernantes, los Incas, realizaban expediciones en busca de nuevos descubrimientos en alimentos y territorios para que los Incas pudieran convertirse en sus dueños.

 Un día el Inca llamó a uno de sus guerreros el mas valiente y leal, que acudió pronta y servilmente a su llamado con todas las reverencias que el caso ameritaba. 

Cuando llegó a la presencia del Inca, éste le contó que en una expedición anterior, sus hombres habían hallado unos pequeños arbustos con espinas que ocasionaban mucho dolor, y cuando se
acercaron para observarlos mejor una enorme serpiente salió a su encuentro.  

 “Solo el chaski que llevó la noticia de lo sucedido, sobrevivió a tal encuentro”, dijo. Entonces el guerrero entendiendo la misión que se le encomendaba respondió al Inca: “yo acabaré con tal bestia y vengare la muerte de mis hermanos guerreros”. 

 Al día siguiente partió el grupo de guerreros con sus uniformes de guerra, por el camino que el mensajero había señalado, llegando prontamente al encuentro de la enorme serpiente, mucho mas grande de lo podían haberla imaginado. 

 El capitán prontamente ideó un plan y envió al mas ágil corredor a guiar a la serpiente hacia una hoguera preparada por los demás.

 Cuando la serpiente llegó al lugar, no se dejo engañar por el fuego y de un gran soplido terminó con la trampa.Después lanzó su veneno sobre el capitán quien cayó adormecido por el efecto. 

 Con el último aliento, el capitán encargó al mas fuerte de sus guerreros, acabar con la serpiente antes de que llegara a atacar a su pueblo.

 El guerrero Chunta, el más fuerte, dejo que la serpiente se acercara al cuerpo de su capitán, y cuando lo iba a devorarlo, la sostuvo del vientre y con fuerza la arrojó hacia los matorrales de aquella planta llena de espinos que protegía la serpiente. 

 Al tratar de escapar la serpiente solo se envolvía mas y mas entre los arbustos, terminando con su vida, a lado de los restos de los valientes guerreros que antes la habían enfrentado. 

 Los guerreros llevaron consigo la cabeza de la serpiente para presentarla al Inca, en prueba de que el pueblo ya no corría peligro. Y llevaron también consigo la planta que les ayudó a terminar con la terrible amenaza. 

 La planta brotó en toda la región sin necesidad de cultivo, llevando en el interior de su fruto un maravilloso manjar que fue el alimento que aliviaba los pesados días de todo viajero.

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