miércoles, 4 de septiembre de 2013

Leyenda de la sirena del Río Uruguay (Uruguay)


En los atardeceres de las riberas del río Uruguay habita un extraño ser (o varios de ellos), que sólo ha sido visto fugazmente por pescadores y desprevenidos tripulantes de embarcaciones que navegan por esas aguas: nos referimos a la conocida pero jamás apresada sirena del río Uruguay. Sus avistamientos datan ya de las lejanas épocas del siglo XIX.
Contrariamente a las sirenas de la mitología clásica, aquéllas que casi causan la perdición de Ulises, bellas y
de encantadora voz, la sirena del río Uruguay es una criatura de escaso atractivo, descripta variopintamente como un anfibio gigantesco, mayor al tamaño de un hombre, o un inmenso ajolote, con rasgos humanoides como los ojos y cabello de color verde parduzco. Posee garras en extremidades que utiliza para impulsarse en el agua con las que quizás hurgue en el lecho marino en busca de alimento. No se trata, seguramente, de un ser famoso por su belleza exterior.
La sirena del río Uruguay no ha causado hasta el día de hoy ninguna víctima, y no hay pescador que no afirme que sigue a los navíos desde distancia segura, pero que cuando éstos se detienen para observarla mejor, gira y velozmente desaparece entre las aguas. Jamás nadie la ha tocado, pero en ocasiones los pescadores han percibido un extraño aroma a animal marino. No tiene un nombre oficial (como sí lo tiene Nessie, el mal llamado monstruo del lago Ness); los lugareños de la desembocadura del río Uruguay lo conocen simplemente como la sirena. Se la ha observado, en general, aguas abajo. Se ignora si esta extraña criatura es la última de su especie o si (lo que parece más probable) se trata de diferentes individuos que viven existencias solitarias y que poseen su refugio en algún recodo oculto y profundo del río.

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